JESUS RIVERO "EL CHARACO" "EL MAESTRO"

I CONGRESO PEDAGÓGICO BOLIVARIANO
ESTADO ANZOÁTEGUI


CONSTRUCCIÓN COLECTIVA DEL CURRÍCULO:
UNA EXPERIENCIA EN EL ORIENTE DEL PAÍS


Ponente: JESÚS RIVERO
12 de Diciembre del 2003

Esta conferencia será un dialogo de saberes. Necesitamos conocer que Bolívar formó el ejército bolivariano a partir de la organización de los orientales sin contar con los recursos que contamos hoy de comunicación y para hacer un ejército bien armado. En tal sentido, hoy esta experiencia en Anzoátegui cuenta con el compromiso de la Zona Educativa y de educadores de amplia experiencia internacional como el profesor Marrero. El propósito es hacer un diálogo de saberes para construir un currículo pertinente entre todos los comprometidos con la Escuela Bolivariana.

Este currículo dará origen a una nueva Escuela, la Escuela Bolivariana, la cual entendemos como un proceso contradictorio de acción dinámica del Pueblo Soberano que asume en primer lugar la Doctrina del Ideario Bolivariano, con ese ideario se construye un Proceso Educativo para plantear una Escuela para el cambio enfrentada en antagónica contradicción con la concepción educativa del pasado, la de los dominantes. Este enfrentamiento será entre la Escuela de Nosotros y la Escuela de los otros. La Escuela Bolivariana que nosotros vamos a formar nos conducirá a la construcción de una Sociedad Nueva. Por lo tanto, estamos hablando de una Escuela eminentemente moral.

Hemos tenido una Escuela que desde hace 150 años es la misma en la que recibió clases Páez, la Escuela Oligarca, para la dominación, para la integración al sistema como mano de obra barata, incluso nosotros mismos hemos sido formados allí. Hasta ahora se han propuesto cambios para que todo siga igual.

Nosotros necesitamos comprender que el docente de manera cotidiana tiene el futuro en sus manos, todos los días tiene un grupo de niños y jóvenes que son el porvenir, pero con qué argumento si son formados en la Escuela de los Otros que está estructurada al servicio de las minorías
dominantes. Nosotros los docentes debemos derrumbar dos cosas:
fuimos formados en la Fe como un sacerdocio y en segundo lugar en el plano artístico, como debemos hablar, como vestirnos, entre otros. En una Revolución, quien se respete, lo primero que tiene que hacer es revolucionar la Educación. Justamente no puede haber Revolución con la Escuela del pasado; por eso, el Ministerio más importante debe ser el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes. No para responder a necesidades burocráticas y contratar personal, sino para dirigir el proceso revolucionario.

En tal sentido, la escuela en primer lugar tiene que ser Soberana, porque el Pueblo la asume y debe responder a los intereses de las mayorías, formulando un Modelo Pedagógico con proposiciones de Nosotros. Lo que define en esencia la educación Bolivariana es que debe ser científica, porque la Pedagogía es una ciencia; por eso nosotros tenemos que rescatar el estatuto epistemológico de la Escuela. Los niños y los jóvenes si se forman científicamente a lo largo de toda su experiencia escolar, serán creativos e investigadores.
No sólo la Escuela tiene que ser científica, todo Educador tiene que ser científico de la Pedagogía, es decir, los aspectos de la ciencia tienen que ser dominados por el Educador. Por eso nos permite hacer una escuela realmente creativa. Por otra parte, de manera cotidiana el Educador debe usar el método científico para que sus alumnos desde el primer día de clases, sepan cómo hacer ciencia y cómo se hace ciencia. Cuando logremos que nuestros docentes y los alumnos también sepan investigar de dónde vienen los conocimientos, estaremos hablando de un País completamente nuevo y diferente. Por lo tanto, la docencia no es un problema fortuito, ni un problema artístico es un problema político. Si nosotros sabemos investigar vamos a conocernos y a conocer nuestro País

en tal sentido seremos capaces de cambiarnos y transformar el paìs.

Tenemos que leer a Simón Bolívar y a Simón Rodríguez para saber realmente que es un revolucionario, ambos han sido ignorados por los venezolanos, así mismo, tenemos que recurrir al pensamiento nuestro, apelar a la riqueza del Pensamiento Pedagógico de América Latina. Esa Escuela, digamos la utopía posible, la hizo hace doscientos años Simón Rodríguez en Bolivia, aún sin los adelantos y recursos que tenemos hoy. Por eso nosotros debemos tener una Escuela para construir una sociedad mejor, dirigida cotidianamente por el pensamiento de Simón Bolívar y Simón Rodríguez. Para ello es imprescindible que el docente conozca el modelo científico de las ciencias sociales, del materialismo histórico y dialéctico, lo que implica una revolución personal en la cual la escuela estaría inserta en la comunidad.
Muy importante es la reconstrucción de Nuestra Historia y no la de los Otros. Leer la Historia Venezolana desde la perspectiva revolucionaria, incluso la de América Latina, porque hasta ahora sólo se tiene un reportaje hecho por Eduardo Galeano, periodista uruguayo. Nos hemos centrado en el Europocentrismo, negando la Historia de Nosotros por la historia de los Otros.

Nuestro bachillerato y las universidades deben pasar de ser formadores de mano de obra barata a formar sujetos capaces de producir conocimientos, hacer ciudadanos, hacer revolucionarios. La Escuela debe estar atenta a todo lo que ocurre a su alrededor, a todo lo que ocurre en Venezuela, debido a que en este país están ocurriendo cambios en la Superestructura y en la Estructura.

En la Superestructura es donde están los valores, los conceptos que están cambiando para que se constituya una Nueva República, de allí la importancia de la Ley de Tierra y las otras cuarenta y ocho leyes. Aparecen también, las cooperativas, esto marca un cambio en la estructura económica, lo cual traerá un cambio en el pensamiento. Entonces, en un país cuando se dan cambios en la estructura y en la superestructura es por que hay una Revolución.

Por lo tanto, la Escuela Revolucionaria Bolivariana tiene que entender estos cambios e ir preparando a la nueva generación para apoyar y avanzar en estos cambios. El currículo de esta Escuela Bolivariana, tiene que enseñar a gobernar. En su seno debe darse un Proceso Constituyente para ser ciudadanos. Debe enseñarle a sus alumnos a transformar la realidad: individual, familiar y comunitaria, debe producir un egresado útil para su comunidad, para amar y sentirnos orgullosos de nuestros propios espacios.

El currículo administrado en esta escuela debe ser expresión de la comunidad. Que los docentes sean capaces de estudiar la comunidad, la localidad y sobre esa base construir el currículo, para que los egresados sean útiles a la comunidad y conozcan su historia para poder transformar su entorno. Todos necesitamos conocer la geografía local y nuestros espacios mediante un diagnóstico local. Los docentes de geografía de este estado están obligados hacer el estudio de los 21 municipios para impartir clases de esos conocimientos y a partir de la geografía local se hace el análisis económico y social, para saber qué se produce en cada lugar y todo alumno debe hacerse experto en la producción local. En fin, la Escuela Bolivariana debe interesarse en las transformaciones socio-económicas de su espacio y convertirse en líder de esas transformaciones. También la Escuela Bolivariana debe ocuparse de las manifestaciones culturales: la alimentación, la música, el baile, el lenguaje y cómo es el quehacer local.

Lo más importante de este Proyecto, desde lo Pedagógico, es que este modelo impulsa la Dignificación del Pueblo Venezolano. Los valores ahora, son los del Pueblo, lo Popular es lo determinante. La Escuela debe comprender las manifestaciones culturales y reconstruir la Dignidad Nacional para que el currículo se parezca a nosotros, en y para la comunidad. Necesitamos construir este país y lo vamos hacer a partir de cada localidad, la Escuela Bolivariana, debe convertirse en la vanguardia. Cuando logremos esto, construiremos la Patria Bolivariana y no termina allí, por que si somos Bolivarianos eso mismo tendremos que hacerlo en toda América Latina.

Recopilado por Dinorah Requena, Revisión de Texto Eneida Marín